Conservatorio de música a la discapacidad

Ibagué ciudad musical de Colombia y el Conservatorio de Ibagué "Amina Melendro de Pulecio" abre su conservatorio a la discapacidad e investigación en la Musicoterapia y Sicoacústica.

Ibagué ha abierto su conservatorio a las personas con discapacidad a través de la estimulación a partir del sonido, audición, percepción, sensación y emoción "Música para ver; formas para escuchar", un innovador proyecto en estimulación sensorial motriz, que pone de manifiesto el poder rehabilitador de la música y sus beneficios en las habilidades, destrezas, desarrollo emocional, Sico social del ser humano.

Conocedores de los efectos estimulantes, sanadores y restaurativos de la música ponemos a su disposición nuestros conocimientos, enfocados a mejorar la calidad de vida de la población colombiana.

conservatorio música de la discapacidad germán sabogal

Los chicos asisten a 30 clases lectivas grupales por curso con Germán Sabogal, quien utiliza todo tipo de sonidos y timbres con el piano, la flauta, el violín o la armónica para lograr que mediante la estimulación auditiva estos mejoren sus habilidades en lenguaje, equilibrio, orden y psicomotricidad fina y gruesa.
“En contacto directo con estas secuencias sonoras se produce la explosión del lenguaje en niños que no tienen esa capacidad y que empiezan a imitar sonidos”, explica Sabogal, quien ha podido constatar también como su terapia permite actuar en el sistema vestibular, en todo lo relacionado con el equilibrio y el control espacial, así como en una mejora de la psicomotricidad que posibilita que algunos niños empiecen a tocar instrumentos.
De hecho, en la actualidad tres chicos con discapacidad son alumnos oficiales del conservatorio y aprenden a tocar un instrumento “con programas adaptados que les permiten ir cumpliendo sus objetivos poco a poco” y participar en los conciertos que organiza el centro.
Según relata el profesor emérito, el empezó a investigar en el ámbito de la Musicoterapia con enfermos terminales y descubrió como, al estimular con sonidos interpretados con su violín, consiguió estimular y darles una mejor calidad de vida..
Posteriormente, en colegios de la ciudad de Bogotá hizo un experimento con niños de 18 años y logró en tan solo 70 horas “aumentar en un 98% la atención sostenida y la memoria” de estos pequeños.
Todos sus estudios, investigaciones y trabajos le llevan a afirmar que la estimulación mediante el Ritmo, Melodía y Armonía es válida para todas las edades, desde la etapa fetal a la vejez y para todas las discapacidades intelectuales, desde el autismo al alzhéimer.